POSIDONIA OCEÁNICA – UN TESORO QUE HAY QUE PRESERVAR
Posidonia oceánica es una planta acuática, endémica del Mediterráneo perteneciente a la familia Posidoniaceae. No es un alga ya que posee las características típicas a las plantas terrestres – raíces, tallo y hojas cintiformes de hasta un metro de largo.
Posidonia oceánica forma praderas submarinas con una increíble importancia ecológica. De ella se alimentan más de 400 especies de plantas submarinas y 1.000 especies de animales marinos y vegetales. Encuentran en las praderas alimento y protección y son utilizadas también con fin gastronómico.
Se organizan en matas de 6 o 7 hojas, encontrándose las más viejas en el exterior y las más jóvenes en el interior reproduciéndose tanto de manera sexual como asexual por medio de estolones.
Esta especie se encuentra solo en el mar Mediterráneo ocupando un área de aproximadamente 38.000 km² convirtiéndose, por tanto, en una especie clave del ecosistema marino costero. Algunos creen que la posidonia en las playas es considerada residuo sólido y que, por tanto, debería eliminarse. Por otra parte, otros consideran que la posidonia podría usarse como material de compostaje. A pesar de que esto está prohibido por la ley italiana 748/84. Prohíbe el uso de «algas y plantas marinas» para la preparación de compost.
En las playas, sobre todo en invierno, también hay «bolas» marrones de fibras de Posidonia formadas por el oleaje.
Vive entre 1 y 30 metros de profundidad y excepcionalmente, sólo en aguas muy claras, puede llegar hasta los 40 metros soportando temperaturas comprendidas entre los 10 y los 28ºC.
Los principales factores que amenazan las praderas de Posidonia oceánica son las obras marítimas, la contaminación de aguas costeras, la generación de playas artificiales, la retirada de hojas muertas que llegan a las playas y el anclaje de embarcaciones.
Estos ecosistemas, que ocupan aproximadamente medio millón de km², se encuentran en desmejoramiento a escala global, con una tasa de pérdida estimada del 1-2% anual (cuatro veces superior a la tasa de pérdida de los bosques tropicales). En el Mediterráneo, sin embargo, esta cifra se eleva hasta alcanzar el 5%. Además, el lento crecimiento de estas plantas (2 cm. /año) y su escasa producción de semillas hacen que las pérdidas sean irreversibles, ya que la recuperación de una pradera requiere varios siglos.
Las Islas Baleares tienen una extensión de 55.795 hectáreas de pradera de Posidonia, de las cuáles 7.650 hectáreas corresponden a las aguas de Formentera. Esto se traduce en 76,5 millones de m² para proteger sólo en Formentera.
Cuidemos la posidonia oceánica, valoremos nuestro ecosistema y respetemos la naturaleza. Es un tesoro que ha nacido para que lo podamos conservar, apreciar y disfrutar. Dejándose formar parte de las maravillosas playas del Mediterráneo y de la belleza que podemos admirar bajo el mar.